Internet de las Cosas

Como bien dijo Hans Vestberg, “Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia”. Con esta frase hacemos referencia al famoso Internet de las cosas, concepto que va cogiendo cada vez mayor protagonismo. Y es que ha llegado el momento en el que nuestros objetos cotidianos e internet se fusionan. Se interconectan en red para facilitarnos nuestro día a día y cubrir aún mejor las necesidades a tiempo real de manera digitalizada.

Fue Kevin Ashton quien propuso el “Internet de las cosas” en 1999 cuando estaba desarrollando un proyecto de investigación en las tecnologías de sensores y las identificaciones por radiofrecuencia en red.

Poniéndonos en situación podemos imaginar cómo un simple cepillo de dientes nos detecta una carie e inmediatamente nos saque cita en el dentista; o nuestra nevera, la cual nos sugiere recetas de acuerdo a los alimentos que tenemos a punto de caducar para así aprovecharlos. Las dichosas llaves o el mando a distancia que nunca recordamos donde lo hemos puesto ya no supondrá un problema ya que podremos consultar su ubicación desde algún dispositivo. O que nuestro botiquín nos avise de los medicamentos en mal estado para evitar su consumo. Para asegurarnos de haber desenchufado la plancha o el brasero ya no nos supondrá tener que volver a nuestra casa, será muy sencillo desactivarlos a distancia. Nuestras macetas nos avisarán de cuando necesitan agua y así tendrán siempre los niveles óptimos de hidratación. Un tenedor que nos muestra la velocidad a la que comemos será lo ideal para controlar nuestro peso. O quizá si nuestro calzado pudiera hacer un registro de los pasos y recorrido que realizamos así como la temperatura o constantes vitales de nuestro cuerpo.

Esta revolución no queda muy lejos de la realidad, pues ya es posible mediante el Sistema de Identificación por Radiofrecuencia (RFID) y tecnologías de sensores. Se trata de pequeños chip en formato de etiqueta o pegatina que se incorporan a los objetos para identificarlos y gestionarlos desde otros dispositivos o equipos. Esto nos facilitaría grandes aspectos cotidianos dentro de nuestra casa, en el trabajo o en las calles. En este último escenario cabe destacar el interés de digitalizar objetos urbanos para facilitar la vida de los ciudadanos. Desde un simple macetero o banco colocados en el parque hasta un contenedor de reciclaje o un semáforo.

Según estadísticas de estudios realizados, son de 50 a 100000 billones de “cosas” las que podrían codificarse y gestionarse. Y que en un futuro se alcanzará aproximadamente 26 millones de equipos con conexión a internet que tendrán control de nuestros objetos.

Algunos de estos cálculos se llevarán a cabo gracias a Cisco, una organización de Estados Unidos que lanzó una especie de contador para registrar las conexiones desde 2013 hasta 2020. Este proyecto es el que actualmente desarrolla en gran parte nuestro querido “Internet de las cosas”.

Una vez introducidos en el concepto de Internet de las cosas puede que se nos venga a la mente objetos que conocemos actualmente y que tienen cierto funcionamiento que se asemeja a este, como relojes inteligentes u objetos con sensor o temporizador. Son objetos que forman ya parte de esta revolución o que se acercan mucho a ella. Lo que es seguro es que los mejores están aún por llegar y que de alguna manera nos facilitará nuestro día a día.

Be the first to comment on "Internet de las Cosas"

Leave a comment

Your email address will not be published.


*